Las diversiones en agua no son las favoritas de mis nietos, aunque. . . ¡corrijo! No lo fueron hasta el día de ayer. Sus reacciones eran diversas. Para mi nieto, además de que la profundidad no debía rebasarle la cintura, la sensación de vulnerabilidad al verse rodeado sólo por el líquido resultaba amenazante. Mientras que, para mi nieta, el salpicar del agua sobre su rostro lograba sacarla de la piscina casi de inmediato.
A pocas horas de estar en la alberca en compañía de su mami y del abuelo, ambos niños mostraron un cambio radical. El abrazo juguetón del abuelo los alentó a aventurarse cada vez un poco más alejados de la orilla y, los aplausos acompañados de risas de satisfacción de su mami los animó a ensayar nuevas experiencias.
Tal fue el avance de mis pequeñitos que, con asombro y gusto, festejamos cuando mi nieto comenzó sus caminatas por la piscina con el agua hasta la barbilla y atreverse a saltar desde la orilla hasta sumergir totalmente su cabeza. Resultó espectacular la confianza que fue surgiendo en el niño al sentir el apoyo y la aprobación.
Y mi nieta, por supuesto, no se quedó atrás. En mitad de la alberca, una y otra vez ensayó con el abuelo un acto de equilibrio. Él, poniendo las plantas de los pies de ella sobre sus palmas, buscaba que la beba encontrara suficiente apoyo para mantenerse de pie. Tras varios intentos y entre risas cuando no lo lograban, finalmente la vimos erguida y parada sobre las manos de su abuelo que seguía los movimientos cuando la nenita dudaba para que lograra mantenerse en pie. ¡Que mágicos parecieron esos breves instantes en los que, con brazos extendidos, abuelo y nieta celebraban su triunfo sobre la gravedad!
No pude evitar, mientras disfrutaba de ese momento de triunfo compartido, sumarles años a mis nietos. ¿Qué pasará cuando en su vida tengan eventos que los hagan dudar o trastabillar en sus convicciones y valores? ¿Podremos nosotros, sus abuelos, ofrecer nuestras palmas para sostenerlos y equilibrarlos como ahora? ¿Lograremos con nuestros aplausos, aprobación y aliento fincar la relación para sembrarles la confianza necesaria y que escuchen nuestros consejos y advertencias?
Aunque parece que aún falta mucho tiempo para eso, por lo pronto, seguiremos arando nuestros momentos juntos con una convivencia amorosa y aceptante, hasta convertirla en tierra fértil para ir sembrando, día a día, semillitas de confianza para los pasajes de inevitable turbulencia.
No hay comentarios:
Publicar un comentario