domingo, 29 de mayo de 2011

"Fácil"

Nuevamente me encuentro revalorando el rol y el esfuerzo de una madre. ¿Será que no recuerdo como fue porque la juventud anulaba la conciencia del esfuerzo? O, ¿será que la ligereza de la inconsciencia de la maternidad ejercida no me alertaba mucho sobre los errores cometidos o por cometer?
Difícil de responder, pues ahora tengo cinco décadas más un año de edad y, en mis primeros tiempos de madre, apenas rebasaba los veintes.
Lo que sí es real es que, mis cincuenta y uno sumados a mi rol de abuela, me obligan a revisar mi actuación con la responsabilidad que me viene del amor por mis nietos.
Así, esta mañana de domingo en el que no hay ayuda externa y supliendo a mi hija durante su viaje, llamó mi atención la idea de la independencia de mis pequeñitos en tareas simples y cotidianas tales como vestirse.
Corriendo a mi archivo de memorias, me di cuenta de que hasta rebasados los 6 años, mis hijos fueron vestidos por mí, su padre o la nana, según fuera necesario y jamás me detuve pensar si  hacía bien o mal. Por inercia, hacía las cosas porque así ¡me era más fácil!
Hoy, contrario a facilitarme la existencia y vestir a mis nietos sin cuestionarme, analizo la opción de aprovechar el tiempo disponible para que ellos ensayen resolver una cuestión cotidiana por sí mismos. Porque, educarlos, a fin de cuentas, ¿no se trata de que aprendan a lidiar con la vida ellos solos?
Y todo para que, cuando crezcan, puedan resolver los retos con mayor facilidad. La meta es, ahora entiendo, que el futuro les sea más fácil de enfrentar. . . ¡A ellos!
La conclusión me saca la sonrisa. No cabe duda. . . la madurez y la sabiduría ¡sólo se dejan ver con la edad!

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